Sesenta y dos minutos y tres personajes
son suficientes para contar una historia apabullante. Regina es la
Ópera Prima del cineasta mexicano Javier Ávila, donde el sadismo y la
insensibilidad se manifiestan desde una perspectiva peculiar. Hay una que otra
escena impactante de sangre pero a pesar de la trama no considero que a la
cinta en sí pueda adecuársele el adjetivo de gore.
Una trama así sólo puede tener en
apariencia un final feliz pero el material retorcido y la actuación
perturbadoramente bien lograda de la actriz Gisela Blanco, quien encarna a la
madre, son dignas de verse.
Regina se proyectará este miércoles
en Cine Tonalá y el viernes en la Sala Molière del IFAL como parte de las
cintas mexicanas en estreno mundial de la programación del ciclo de Distrital 2013.